Nimes

Nimes es un tesoro romano en el sur de Francia. La ciudad es mundialmente conocida por los restos del periodo romano que todavía conserva. Entre ellos, uno de los anfiteatros mejor conservados del mundo.

Muchos se refieren a Nimes como la Roma francesa. En parte, gracias a su anfiteatro. Se construyó en el siglo II d.C y tuvo como referencia el Coliseo de Roma. Es posible entrar a su interior y hacerse una idea de cómo fueron aquellas peleas entre gladiadores.

En Nimes hay muchas muestras del legado romano más allá de su anfiteatro. Uno de ellos es la Maison Carrée, otro de los iconos de Nimes. Es de uno de los templos romanos mejor conservados en todo el planeta. Durante la mayor parte de su historia, sirvió como ayuntamiento e iglesia, aunque en la actualidad es un museo.

El Templo de Diana es otra de las joyas romanas de la ciudad. Se encuentra en los atractivos Jardines de la Fontaine y data del siglo II d.C. Luego no dudes en subir a la Torre Magna, en la parte superior del parque, para tener las mejores vistas de la ciudad.

Pero a parte de restos romanos, Nimes tiene un ambiente muy bonito. Especialmente gracias a sus plazas. La Place de l’Horloge es nuestra favorita ya que nos recordó a las italianas. Sentarse en alguna de sus terrazas y comer una crêpe es algo imprescindible que hacer en Nimes.

Alojarse en Nimes no es imprescindible aunque lo recomendamos. Pese a que la ciudad se puede ver fácilmente en un día, desde allí podrás hacer varias excursiones interesantes para conocer Montpellier o Avignon.

Incluso ir al Puente del Gard, el trozo más famoso de este antiguo acueducto. Es una de las mejores excursiones desde Nimes. Está a solo 20 kilómetros del centro de Nimes. En su día, el acueducto llegó a tener más de 50 kilómetros de longitud. ¡Es muy fotogénico!

Nimes es una de las ciudades más visitadas del sur de Francia. Es pequeñita y agradable para pasear y conocerla en unas horas. ¡Seguro que te encanta!

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