Dunedin

Dunedin es la cuarta ciudad más grande de Nueva Zelanda y un destino bastante turístico en la Isla Sur del país. El crecimiento de la ciudad vino tras el descubrimiento de oro a mediados del siglo XIX. Se encuentra en la atractiva Península de Otago, que a diferencia de la misma ciudad, sí hay bastantes cosas para visitar.

Uno de los mejores atractivos de Dunedin es el Castillo de Larnach. Se encuentra en las afueras de la ciudad y fue una residencia de lujo de un famoso empresario. ¡Es precioso!

Muchos se acercan a Dunedin y alrededores para tener la oportunidad de ver una aurora austral. Las boreales son más famosas, pero las australes también son preciosas. Se pueden ver en invierno, entre los meses de marzo a septiembre. ¡Alucinarás con los tonos verdes y rosados del cielo!

Cerca de la ciudad podrás visitar Tunnel Beach y sus formaciones rocosas. A nosotros nos recordaron a las del Algarve, en Portugal. Los acantilados están moldeados por la erosión del agua y es un sitio muy interesante, especialmente para disfrutar de un día soleado.

Por cierto, ¿sabías que en Dunedin se encuentra la calle más empinada del mundo? Si no encontrabas motivos para visitar esta ciudad, ahora ya lo tienes. ¡Casi tienes que trepar para subirla! Se trata de Baldwin Street, que en algunos tramos llega a tener rampas del 35%. Una cosa muy curiosa es observar los coches que suben. ¡Los que queman el motor no son vecinos!

Otra excursión interesante en Dunedin es el faro de Nugget Point. Es uno de los sitios más pintorescos que ver en Nueva Zelanda. Además en los alrededores es bastante común ver focas, leones marinos y pingüinos en la orilla del acantilado. ¡No te lo pierdas!

En fin, Dunedin no creemos que sea una parada imprescindible en tu ruta por Nueva Zelanda. Pero si tienes bastante tiempo en la Isla Sur, antes de subir hacia Christchurch puedes pasarte para descubrir sus imprescindibles.

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